17 de junio de 2010

¿Puede morir una lengua?


La pregunta puede parecer un chiste, pero es algo demasiado serio, porque cuando desaparece una lengua desaparece una forma de entender el mundo. La idea de un idioma universal parece estupenda,... pero sólo si nos imaginamos que ese idioma es el nuestro, porque ¿ te imaginas que asumiésemos que no íbamos a oír ni a pronunciar nunca más las palabras papá, mamá, hijo, amigo, cariño, beso, agua, mar, vacaciones,... sino otras palabras que significan lo mismo en otro idioma? ¿ Sería lo mismo?
Añado el enlace a un reportaje muy interesante publicado en El País hoy mismo sobre el tema.
Recuerdo cuando, en la universidad, un profesor nos explicaba (entre risas iniciales de los alumnos) que hay una lengua de la que se pudo documentar su pronunciación... pero sólo sin dientes, porque los tres únicos ancianos que la hablaban, los habían perdido . ¿Te imaginas tu idioma hablado sin dientes? Prueba a hablarlo cinco minutos... verás que pierde la gracia cuando nadie te entiende.
La UNESCO lleva años preocupada por esta cuestión, de hecho ha realizado numerosos estudios al respecto. Es muy interesante el Atlas Interactivo UNESCO de las Lenguas en Peligro en el Mundo que ha publicado.
Yo, por mi parte, prefiero que me sorprendan los sonidos nuevos y las palabras desconocidas gorjeando por mis tímpanos.