Llevo un mes de clases, en las que me he ido abalanzando sobre nueva legislación tratando de comprender algo que nadie me ha explicado. Tratando de resolver las dudas que alumnos, padres o yo mismo tenemos. Y no tengo respuestas. Solo preguntas que nadie me sabe responder. Y, mientras, los días pasan y las clases se suceden. Enseñar, transmitir lo que alguien me enseñó. Aprender algo nuevo que enseñar. Ese es el ciclo de la educación, la manera de crear personas, pero Personas con mayúscula.
Intentaré (un curso más) que mis entradas no desaparezcan ante el peso de la burocracia.
Parafraseando a José Luis Cuerda, director de la maravillosa "Amanece que no es poco", diré que la clave es que "todo es contingente, solo el corazón es necesario". Y así, con una sonrisa, seguimos avanzando.
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