Se pueden decir muchas cosas sobre Nicanor Parra: recomendar, por ejemplo, leer o escuchar su autorretrato; leer sus poéticas; ver sus artefactos; decir que es el creador de la Antipoesía; visitar la estupenda página que le dedica la Universidad de Chile, o la de la Biblioteca Cervantes Virtual; leer el perfil que le escribe, tras pasar un día con él, Laila Guerrier.
¿Agotador? Esto no es nada con lo que este "cráneo previlegiado" lleva vivido en sus 97 años. Sí, 97 años, y el perfil que traza Guerrier es el de un hombre sabio, que no ha dejado que pasase el tiempo sin cabalgarlo.
Es un mago de la ironía que juega con las palabras, los conceptos y la provocación. Incluso sobre sí mismo. Porque, ¿para qué sirve si no el lenguaje?
La montaña rusa
Durante medio siglo
La poesía fue
El paraíso del tonto solemne.
Hasta que vine yo
Y me instalé con mi montaña rusa.
Suban, si les parece.
Claro que yo no respondo si bajan
Echando sangre por boca y narices.
¿Necesitas más ejemplos? Está bien. Te daré tres.
El primero, lee su biografía. (Lo bueno, si breve, ...)
El segundo, lee alguno de sus discursos. (Ya estoy ansioso por ver con qué discurso nos sorprende el 23 de abril en la entrega del premio)
Nicanor Parra
*
El tercero, contempla alguno de sus artefactos sin inmutarte.
Y una última razón para leerlo: NUNCA lo estudiarás en clase, ni te lo leerá ningún profesor. Es demasiado provocador y poco serio para encajar en los libros de texto. ¿Te parecen pocas razones? Para los amantes de la buena música añadiré que es hermano de Violeta Parra.
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